Bajo el lema “Eliminar la hepatitis”, se desarrolla la campaña contra las hepatitis virales. De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “cerca de 240 millones de personas padecen infección crónica por el virus de la hepatitis B”, mientras que “entre 130 y 150 millones de personas padecen infección crónica por el virus de la hepatitis C” en el mundo. En la región de las Américas, la prevalencia de estas dos hepatitis (B y C), es de 7 millones de personas cada una.

La hepatitis viral es una de las principales causas de la muerte a nivel mundial -1,34 millones de muertes al año-  tantas como las causadas por el VIH-SIDA, la tuberculosis o la malaria. Las cifras que publican desde la Alianza Mundial contra la Hepatitis,  indican que el 80% de los casos de cáncer de hígado en el mundo están causados por hepatitis B y C juntas. Mientras que “el 90% de las personas que viven con hepatitis B y el 80% de los que viven con hepatitis C no son conscientes de su condición”.

La campaña tiene como objetivo contribuir a  “eliminar la hepatitis viral antes del 2030 para que no constituya una amenaza contra la salud pública”, y plantea que “todo el mundo tiene el poder de generar un cambio real en la prevención de enfermedades, acceso a pruebas, tratamiento y cuidado”.

Esta enfermedad que afecta al hígado, puede desarrollarse con distintas características, pudiendo remitir la inflamación de manera espontánea  o evolucionar hacia una fibrosis, una cirrosis o, en el más grave de los casos, un cáncer de hígado.

Los virus de la hepatitis (A, B, C, D y E) son la causa frecuente de la enfermedad, pero también puede desarrollarse vinculada  a otras infecciones, a sustancias tóxicas como el alcohol y/o drogas, o enfermedades autoinmunes.

Hepatitis A

Transmisión: se contagia generalmente comiendo alimentos o bebiendo agua contaminados por las heces de una persona infectada. También puede contagiarse comiendo marisco crudo que provenga de aguas contaminadas por vertidos de aguas residuales.

Prevención: Existe una vacuna para la hepatitis A. El tratamiento de exposición al virus durante unas pocas semanas también puede aportar inmunidad a corto plazo. También puede reducir el riesgo de exposición practicando una buena higiene y limpieza, y evitando ingerir agua que provenga de fuentes potencialmente peligrosas.

Hepatitis B

Transmisión: se transmite a través del contacto con la sangre y con otros fluidos corporales (saliva, semen y fluidos vaginales, por ejemplo) de una persona infectada. Se puede transmitir de madre a hijo en el parto.

Prevención: Hay una vacuna que puede prevenir la infección. Además, es importante  usar preservativos  y evitar compartir jeringas o elementos como cepillos de dientes, cuchillas o tijeras de uñas con una persona infectada.  Evitar hacerse tatuajes o piercings en establecimientos no habilitados.

Hepatitis C

Transmisión: se transmite principalmente por el contacto directo entre sangres. En raros casos puede transmitirse a través de ciertas prácticas sexuales y durante el parto.

Prevención: No existe vacuna para la hepatitis C. Por este motivo, es necesario reducir el riesgo de exposición, evitando compartir jeringas y otros elementos tales como cepillos de dientes, cuchillas o tijeras de uñas con una persona infectada. Evitar hacerse tatuajes o piercings en establecimientos no habilitados.

Hepatitis D

Transmisión: se contagia mediante el contacto con sangre infectada.

Prevención: La hepatitis D solo se encuentra en personas que ya están infectadas con el virus de la hepatitis B. La gente que todavía no esté infectada de hepatitis B, debe vacunarse contra ella. Para reducir la exposición, evite compartir agujas y otros elementos, tales como cepillos de dientes, cuchillas o tijeras de uñas con una persona infectada. También es una buena medida evitar hacerse tatuajes o piercings en estudios sin licencia.

Hepatitis E

Transmisión: se contagia generalmente comiendo alimentos o bebiendo agua contaminados por las heces de una persona infectada. También puede contagiarse comiendo marisco crudo que provenga de aguas contaminadas por vertidos de aguas residuales.

Prevención: Actualmente existe una vacuna para prevenir la hepatitis E, pero no está disponible a nivel mundial. También puede reducir el riesgo de exposición practicando una buena higiene y limpieza, y evitando ingerir agua que provenga de fuentes potencialmente peligrosas.

 

Julieta Salemme

Licenciada en comunicación social, especialista en análisis político y docente universitaria.