El encuentro fue abierto por Izquierdo, quien dijo que la biotecnología son todos los insumos y productos que se obtienen de los seres vivos. “Por eso, uno de los extremos de esta mesa es decir lo qué son los biológicos y cómo estos productos representan una gran esperanza para enfermedades muy complejas. En el otro extremo, surge la pregunta acerca de qué pasa con los costo, porque esto es magnífico pero tiene altos costos”, sintetizó.
A su turno, Alfredo Ahuad, explicó qué es CAEMe y a cuáles empresas representa. También dio datos relevantes acerca del rol que la Argentina tiene en materia de inversión en investigación clínica, destacando también que la cámara nuclea al 60% de las firmas responsables de las exportaciones de medicamentos y a las compañías encargadas del 95% de los estudios clínicos aprobados por la ANMAT.
Frente al micrófono, Ciriano fue el primero en abordar de lleno la cuestión al explicar exhaustivamente qué es un medicamento biológico, describiendo sus aplicaciones actuales y refiriéndose a la complejidad molecular de los mismos. El ejecutivo de Roche habló también de porqué es tan importante el proceso de manufactura e hizo hincapié en las diversas fases que conlleva el desarrollo de los mismos. “El proceso es el producto. Cada paso del complejo proceso de manufactura, le confiere propiedades únicas al producto biológico resultante”, señaló.
Al hablar de biosimilares, aclaró: “Similaridad y comparabilidad son dos conceptos diferenciados. El término “Biosimilar” describe a un producto biológico que es similar, en términos de calidad, seguridad y eficacia, a un biológico”. En tanto, se denominan “Intentos de Copias” de productos biológicos a las copias de biológicos ya aprobados que no alcanzan los criterios de biosimilaridad tal como se las define en las guías de referencia (OMS y EMA). Adicionalmente, no disponen de estudios clínicos comparativos “head to head” con el producto original que pueda demostrar eficacia y seguridad similares.
Adriano Castronuovo, en tanto, abordó el tema desde la perspectiva del financiamiento. Su ponencia llevó el título de “Elementos de financiación informada para medicamentos de alto costo” y antes de avanzar demasiado aclaró: “No tengo soluciones, solo tres conceptos: evaluación de tecnologías, efectividad comparada y riesgos compartidos”, y se dedicó luego a profundizar en ello.
El cuarto expositor de la mesa fue Mastai, quien dio “Una breve visión como financiador”. Al hablar de las realidades de hoy, indicó dos aspectos: las innovaciones tecnológicas, que, en general, mejoran la calidad de la atención pero no reducen el costo y la falta de mecanismos autorreguladores. “Existe la sensación que no hay precio en la salud y que se tiene dificultad para establecerlo, lo que ocasiona que la demanda de este tipo de servicio tienda al infinito”, advirtió. Entonces se preguntó: “¿Qué herramientas deberíamos tener en un futuro los financiadores”. Dar menor protagonismo a estudios con beneficios mínimo; ser más exigentes al declarar un tratamiento estándar; y utilizar guías clínicas basadas en relevancia clínica, fue su respuesta.
Por su parte, Vasallo, disertó sobre “El Cuadrilema de los Medicamentos” y manifestó que es el tema más complejo de la salud hoy, considerando sus aristas sociales, económicas y políticas. “El gran desafío –terminó diciendo-, es montar una estrategia que permita explotar la relación público privada en la investigación y desarrollo de medicamentos biotecnológicos, que son el presente y el futuro más importante.”