Este dato afectaría de forma inmediata a la consecución del 4º Objetivo de Desarrollo del Milenio, que nos habla sobre la reducción de la mortalidad infantil en más de dos tercios de la población mundial entre 1990 y 2015, así como en la reducción de la carga de morbilidad y discapacidad debida a enfermedades prevenibles mediante vacunas; además, no contribuiría a la mejora de la salud y el bienestar de los niños y niñas y encarecería de forma exponencial los costos de hospitalización de éstos.

En el informe se estudian las repercusiones de la inmunización, el desarrollo y el uso de las vacunas y las medidas que se han utilizado para velar por su inocuidad, su eficacia y su calidad. Además, se examina la evolución de más de veinte enfermedades que pueden tratarse mediante vacunas desde mediados de 2000.

Lo positivo

El estudio valora positivamente los avances que se han producido en la fabricación de nuevas vacunas contra nuevas enfermedades, como la meningitis meningocógica, la diarrea por rotavirus, la gripe aviar provocada por el virus H5N1, las enfermedades por neumococos y el cáncer cervicouterino causado por el papilomavirus humano (PVH), que ha hecho que se hayan podido salvar millones de vidas.

Asimismo, se pone el acento en que la industria de las vacunas ha experimentado un crecimiento espectacular superando los 17.800 millones de dólares americanos a mediados de 2008. Esto se debe en gran parte a tres factores: el uso de innovadoras tecnologías de fabricación, el creciente apoyo de las alianzas público-privadas para la obtención de productos y los nuevos recursos y mecanismos de financiación.

A mejorar

Por el contrario, se ha retrocedido en el acceso completo al ciclo de la inmunización por parte de la población infantil de los países en vías de desarrollo. Además, existe una ineficaz infraestructura sanitaria para la distribución de las vacunas y una logística muy sobrecargada. A todo esto deberíamos añadir el desconocimiento de las poblaciones más pobres sobre las vacunas, lo que hace que no ejerzan su papel activo en la demanda de estos servicios básicos para su salud.

Soluciones: proyectos y programas

Desde los órganos competentes se están realizando esfuerzos titánicos por salvar las barreras que impiden que las poblaciones más vulnerables puedan acceder a la inmunización y a las vacunas. El proyecto ‘Optimize’ sirve para que los países en vías de desarrollo gestionen la complejidad logística de la inmunización; por su parte, el programa ‘Llegar a todos los distritos’ está diseñado para reforzar la administración de las vacunas a nivel de distrito o comunidad.

De igual forma, se está trabajando sobre la participación comunitaria para que se convierta en un factor primordial con el que sensibilizar a la población para que reclame los beneficios de la inmunización, pero se debe garantizar que la demanda pueda ser satisfecha.

Y es que en pleno siglo XXI nadie debería quedarse fuera del ciclo de la inmunización, así como tampoco carecer de las vacunas más básicas, aunque lamentablemente siga sucediendo en muchos países de África o Latinoamérica.

 

FUENTE: tintadigital.org

Silvina Iturralde

Licenciada en comunicación social, especialista en asuntos corporativos y periodista con amplia trayectoria en medios nacionales.